Los enemigos del proceso de la Habana también están armados
El domingo 2 de agosto a las 6 p.m aproximadamente. fueron retenidos en el sector de Travesías del municipio de Briceño campesinos que se transportaban en cuatro chivas. Alrededor de veinte hombres, que se identificaron como Gaitanistas, fuertemente armados con fusiles y armas cortas y nuevas y, usando prendas nuevas y de uso privativo de las fuerzas militares; intimidaron a la población advirtiéndoles “la cosa se va a calentar, tenemos el dedo oxidado, vamos a matar a los sapos, ojo con decir que estamos por acá, no somos ni guerrilla ni paracos, no estamos con el gobierno, somos Gaitanistas, esas bobadas de Derechos Humanos se tienen que acabar”. Uno de ellos, encapuchado y de avanzada edad era el que comandaba el reten ilegal. Luego de dos horas, soltaron una a una de las chivas que tenían retenidas y ordenaron a la gente que debía decir que la carretera estaba dañada. Es importante resaltar que en esta área del municipio no se había evidenciado presencia paramilitar con anterioridad, si ha habido presencia historia de estos grupos al margen de la ley pero especialmente en la cabecera municipal y en la zona rural de Las Auras hasta los limites con el municipio de Valdivia.
El sitio de los hechos es una de las vías que conduce hacia la vereda Orejón, lugar donde actualmente se realiza el proceso de desminado humanitario. Las veredas aledañas a la zona también están siendo amedrantadas por el Ejercito Nacional Batallón Bajes. Los militares intimidan a la población tomando fotos de manera permanente y diciendo que es para tener un álbum para cuando se desmovilice la guerrilla señale los colaboradores. Los militares han expresado su afinidad con el partido Centro Democrático diciendo “ojalá volvamos a ganar para matar esta manada de guerrilleros”
Una de las veredas más afectadas del municipio de Briceño es Buena Vista, al extremo contrario del reten paramilitar en límites entre el municipio Briceño con Yarumal y Toledo. Los militares realizan retenciones de menores y otras violaciones de DDHH e infracciones al DIH. Es el caso del niño Jhonatan Mateo Sepúlveda de 13 años de edad, quien el pasado 15 de junio de 2015 en el sitio conocido como Taque jurisdicción del municipio de Toledo, se encontraba esperando un familiar en el lugar en donde termina el camino que conduce a su vereda con dos mulas, en ese momento hombres desconocidos quemaron una buseta. De acuerdo al testimonio del niño “un soldado de apellido Olguin junto con otros estaban muy bravos, me pasaban el fusil que porque yo sabia manejar eso, me llevaron a la fuerza hacia donde tienen las tanquetas en la vía, me amenazaron con meterme adentro de una tanqueta sino les decía quien había quemado la buseta, yo no vi nada y me encerró en la tanqueta un vecino de la vereda me rescató”.Las tanquetas están ubicadas hace más de dos años al lado de dos viviendas en la zona y han poniendo en riesgo la vida de las familias.
Las veredas aledañas a la zona de desminado de Orejón: Buena Vista, Chirí, Pueblo Nuevo, La Calera, La Mina, La Molina, La America y Palmichal, también reclaman atención del Gobierno Nacional para que el desminado signifique el cese de las violaciones a los derechos de las comunidades, se supere el abandono el abandono estatal, la ausencia de servicios básicos como vías de acceso, salud (La administración municipal hace una brigada al año), educación (Orejón y Pueblo Nuevo llevan un mes sin docente de secundaría), acueducto, alcantarillado y especialmente recuperación de la economía destruida por Hidroituango. Las comunidades reclaman que el desminado se extienda a toda la zona y sobre todo que se haga en las fincas de los campesinos pues hoy se esta realizando en las propiedades que Hidroituango ha expropiado y comprado por irrisorios precios para el megaproyecto hidroeléctrico, además hay zonas de crucial importancia por ser nacimientos de agua como el Cerro del Oso que requieren el desminado y el Gobierno ha afirmado que no lo hará por sus altos costos. Queda la duda en las comunidades de quien esta financiando el desminado si es Empresas Públicas de Medellin (EPM) y por eso la prioridad, si este proceso es humanitario sino empresarial. Las comunidades continúan exigiendo que EPM las repare por los daños causados con el megaproyecto Jorge Suaza y Mari Luz Quiroz representantes de EPM y la Gobernación asistieron a Orejón el lunes 10 de agosto no ha dar soluciones sino a calumniar y hostigar a los integrantes del Movimiento Ríos Vivos con los ya reiterativos señalamientos sobre los “intereses oscuros” de nuestra organización.
La descontaminación de material explosivo (minas antipersonales, municipio sin explotar, etc) en la zona requiere que los criterios de elección de los sitios a descontaminar no sean sólo económicos o políticos sino principalmente sociales. El proceso debe contar con el análisis de posibles remanentes de guerra en sitios en donde se supo de la presencia del Ejercito Nacional por algunos periodos de tiempo, un ejemplo de esta situación es la casa abandonada de Doña Rubiela en Orejón ocupada por el Ejercito Nacional cerca de un mes, los militares se retiraron de allí luego de un fuerte combate con las FARC que dejo varios muertos y heridos, el sitio conocido como la Guinea camino hacia la quebrada Chirí (sector Mono Mazo), entre otros.
Son múltiples los antecedentes de la presencia paramilitar en el municipio de Briceño, desde el Bloque Mineros que a pesar de su supuesta desmovilización hombres reconocidos de sus filas han continuado con acciones efectivas en el casco urbano y en algunas áreas rurales como Las Auras con absoluto silencio de la institucionalidad, en algunas ocasiones esta actuación ha sido en coordinación con la Policía Nacional hecho que ameritó el cambio de todos sus miembros en diciembre del año 2011, sin superar la impunidad por estos y otros hechos continúan con asesinatos selectivos, paros armados, retenes ilegales, extorsiones y amenazas.
Otro elemento importante para analizar los cambios en las dinámicas del conflicto armado en la zona son los enfrentamientos entre el Ejercito y los paramilitares como fue lo ocurrido el miércoles 17 de junio de 2015, según un medio de comunicación El Clan Úsuga, se enfrentó al Ejercito Nacional en la vereda El Turcó del municipio de Briceño (zona aledaña a Las Auras en dirección al Río Cauca), en esta vereda se ha conocido de la presencia histórica de paramilitares pero no se habían tenido registros de enfrentamientos con la fuerza pública, al parecer por la erradicación de cultivos de uso ilícito.
Demandamos a las autoridades competentes se investiguen y exclarezcan estos hechos con la mayor prontitud a fin de evitar mayores consecuencias para la población.
Exigimos al Gobernador de Antioquia y al Comisionado de Paz y su delegación en la Habana se aclaren las razones por las cuales se esta desminando tierras de la empresa EPM antes que las de los campesinos.