Resulta altamente preocupante que los integrantes del Movimiento Ríos Vivos estemos siendo blanco de un ataque sistemático por parte de grupos armados ilegales que a la fecha deja un saldo de un líder asesinado, otro en silla de ruedas por un ataque armado y casi una docena de denuncias ante la Fiscalía General de la Nación en lo que va corrido del año; sin embargo,es desconsolador que ante tal situación, entidades estatales como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad Nacional de Protección (UNP), encargadas de brindarnos medidas de protección a los líderes sociales y defensores de derechos humanos y ambientales que integramos el Movimiento, decidan “ajustar” tales medidas retirando completamente esquemas de protección, cambiando vehículos blindados por convencionales, disminuyendo la cantidad de hombres de protección, entre otras, obviando que, durante este gobierno, las amenazas se aumentaron así como los asesinatos y ataques.
Como si lo anterior fuera poco, las mujeres lideresas del Movimiento Rios Vivos y, en especial nuestra presidenta Milena Flórez, ha sufrido ataques de los mismos escoltas, en actos de machismo evidentes que en este contexto aumetan el riesgo y hacen que las mujeres pierdan la confianza en los esquemas de protección.
Exigimos protección, hacemos un llamado urgente a la JEP y la UNP para que se brinden todas las garantías de seguridad necesarias para proteger la vida e integridad física de los integrantes del Movimiento Ríos Vivos, ya que nos encontramos en una situación de alto nivel de riesgo y eliminar o disminuir las medidas de protección son decisiones que no sólo aumentan el riesgo sino que hacen responsable a estas entidades de lo que pueda ocurrirnos como líderes sociales y ambientales