Desde el 16 de noviembre, cerca de 400 personas –en su mayoría campesinas– que integran 15 asociaciones articuladas al Movimiento Ríos Vivos Colombia, decidieron movilizarse desde sus territorios (de las subregiones del Norte, Occidente y Bajo Cauca de Antioquia) hasta el edificio de EPM ubicado en Medellín ¿Por qué nos movilizamos en este momento? Los años de lucha y resistencia civil y pacífica, ha llevado al Movimiento a entender que Hidroituango rentabiliza el miedo: luego del abandono de los territorios producto de la violencia paramilitar y de la construcción del proyecto, ha seguido la inundación que augura las ganancias que se obtendrían con la generación de energía. Igualmente, hemos detectado que EPM (con la Alcaldía de Medellín a la cabeza) y los diversos actores que se lucran de la represa (económica y políticamente) subestiman y minimizan el riesgo ocasionado por la megaobra, lo cual resulta tanto indignante como criminal, pues no parecieran dimensionar que ecosistemas enteros, miles de personas y diversas expresiones culturales campesinas tienen en peligro su existencia.
La puesta en operación del proyecto con el encendido de dos, de las ocho, turbinas definido para el mes de noviembre, aunado a los múltiples incumplimientos, negación y especulación de EPM y la Alcaldía de Medellín (altas tarifas de energía, Mesa de negociación con Ríos Vivos, decisión judicial relacionada con la inestabilidad del macizo rocoso, ausencia de reparación integral para las víctimas de Hidroituango, llenado del embalse sin tener todas las obras culminadas y conociendo de la existencia de fosas comunes, etc.), ha aumentado el miedo por la verdad sobre posible colapso del macizo rocoso que sostiene la obra y da cuenta del irrespeto a nuestras vidas, culturas y territorio. Por esto, las comunidades víctimas de Hidroituango articuladas en el Movimiento Ríos Vivos, y que nos encontramos en el edificio de EPM, exigimos:
- Dar certeza sobre la estabilidad del macizo rocoso, en cumplimiento de las órdenes judiciales y administrativas que se encuentran en firme. Hasta tanto esto no ocurra, no continuar con el avance de las obras.
- Priorizar la protección frente al riesgo inminente que representa la probable avenida torrencial de la presa, para las comunidades aguas abajo y aguas arriba, al igual que para las comunidades ribereñas al Cauca.
- Dar cumplimiento al pliego de peticiones del Movimiento Ríos Vivos que contiene exigencias en materia de: a) reparación integral de los ecosistemas afectados por el megaproyecto; b) verdad; c) justicia social y ambiental; d) reparación integral (colectiva e individual); e) garantías de no repetición.
Después de 14 años resistiendo desde el Cañón del Río Cauca entendemos, hoy más que nunca, que nuestras vidas y culturas están en riesgo. Hidroituango es un proyecto de muerte que podría cobrar miles de vidas por culpa de quienes inescrupulosamente anteponen sus intereses económicos sobre la seguridad de las comunidades.