Comunicado del Movimiento Ríos Vivos Antioquia ante la decisión de EPM de cerrar las compuertas de casa de máquinas. Hidroituango matando el río Cauca
Como comunidades afectadas por Hidroituango expresamos a la opinión pública nacional e internacional nuestro profundo dolor por el crimen ambiental y social que está cometiendo de manera dolosa Empresas Públicas de Medellín (EPM), en contra de nuestro patrón Mono (el río Cauca, el hermoso Bredunco), el segundo más importante del país del que dependemos unos 10 millones de personas
NUNCA pediríamos, con el falaz argumento de protegernos, asesinar el río que nos la da la vida, del cual depende nuestra cultura, alimentación y economía. No aceptamos que hagan suponer que fue por nosotros este crimen, no lo cargaremos en nuestra conciencia que ha luchado con dignidad por evitar lo que hoy sufrimos. Les exigimos respeto. Sólo y únicamente lo hacen en nombre de su proyecto de muerte, que es su verdadera prioridad.
Contrario a lo dicho el día de hoy en rueda de prensa por el gerente de EPM (Jorge Londoño de la Cuesta) en presencia del gobernador de Antioquia ( Luis Pérez) y el alcalde de Medellín (Federico Gutiérrez) el río no volverá a ser el mismo y nosotros tampoco porque su vida y la fuerza que hoy le arrebataron, los sedimentos que están quedando represados, su abundante caudal, la temperatura de sus aguas y las riberas hidratadas que hoy sufren erosión con tantas fluctuaciones; todo esto se da por su insensatez, porque no conocen no tienen ni idea que es un río, un ecosistema muy complejo para que se entienda con los ojos de la avaricia y la destrucción.
Ayer nos avisaron que no habría agua hoy y que no se sabe hasta cuándo. Depender de un carrotanque, que es la solución que plantea EPM, para tener agua es una nueva angustia que crea Hidroituango.
La responsabilidad por lo que sucede con el río y las comunidades, es de todos aquellos que aceptaron este proyecto de muerte, de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales,(ANLA), autoridad ambiental que más parece la abogada de EPM, de instituciones cómplices que siguen desconociendo la realidad y el llamado de libertad que clama el río.
La muerte del río es nuestra propia muerte. EPM trajo hambre y desolación. Los grupos al margen de la ley han crecido y esto también es su responsabilidad, los niños se han sumado a estos grupos por hambre, las familias no tienen que comer y la única opción es la violencia.
No intenten convencernos de que somos una prioridad cuando desde hace 10 años nos están desoyendo, desplazando, maltratando, humillando, violando nuestros derechos, mintiendo, persiguiendo, dejándonos sin trabajo, sin alimentos sin tranquilidad y sin vivienda. Nos han robado todo lo que teníamos, nuestra vida y ahora atentan contra un bien natural de toda Colombia. La única manera de proteger realmente la vida en el cañón del río Cauca, el Bajo Cauca y de salvar el río es que desmantelen Hidroituango.