DEPARTAMENTO DE ANTIOQUIA
CONSEJO SECCIONAL DE PLAGUICIDAS DE ANTIOQUIA
Integrantes Consejo Seccional de Plaguicidas: Dirección Seccional de Salud de Antioquia, Secretaría de Agricultura de Secretaria de Medioambiente de Antioquia, CORANTIOQUIA, CORNARE, CORPOURABÁ, ÁREA METROPOLITANA, U. de A. Toxicología, U. N, Fac. de ciencias agronómicas, EIA. (Escuela de Ingeniería de Antioquia), ICA, ARP- ISS, ANDI, Comité de Cafeteros de Antioquia, Asociación de Consumidores, Aplicadores de plaguicidas, Cuerpo de Bomberos de Medellín, Secretaría de Salud de Medellín, SIADA (Sociedad de Ingenieros Agrónomos de Antioquia ), ONGS, Representante Sociedad Civil.
Medellín, enero 19 de 2017.
Doctor
Luis Pérez Gutiérrez
Gobernador de Antioquia
Calle 42bNº52-106
Centro departamental “José María Córdova”
La Alpujarra-Medellín
ASUNTO: Derecho de Petición Público, para invocar el Principio de Precaución, y el Principio de Democracia; los derechos fundamentales a la vida, la salud y el goce de un ambiente sano; para eliminar la aplicación del “Glifosato, Glufosinato de Amonio, Paraquat” como herbicidas en la totalidad del territorio antioqueño, bien sea mediante aspersiones aéreas o en forma manual, tanto para suprimir cultivos de cuya producción se hace un uso ilícito, como para mantener cultivos agrícolas libres de plantas arvenses (malezas)
Respetado señor Gobernador:
Lilliam Eugenia Gómez Álvarez, ciudadana colombiana, identificada, con cédula número 32’407.248, actuando en calidad de presidente de Consejo Seccional de Plaguicidas de Antioquia, atendiendo los argumentos expuestos en el comité técnico de este Consejo, reunido extraordinariamente el día de hoy, me permito presentar ante usted un Derecho de Petición con fundamento en el artículo 23 de la Constitución política de Colombia, Ley 1755 de 2015 y las demás normas complementarias.
El Consejo Seccional de Plaguicidas del Departamento de Antioquia es un ente de carácter asesor para el Departamento, creado por el Decreto 1843 de 1991 por el Ministerio de Salud, y está integradocomo aparece en el encabezado.
En sesión extraordinaria de 19 de enero de 2017 se acordó acudir ante usted con el objetivo de solicitar la prohibición de asperjar de manera aérea cualquier herbicida debido a que las fichas técnicas de ninguno de ellos permite este tipo de aplicación; asimismo, el código de conducta de la FAO y la norma andina, vinculantes en nuestro ordenamiento jurídico no contemplan este tipo de aspersiones; del mismo modo prohibir el uso de “Glifosato, Glufosinato de Amonio, Paraquat” de manera manual el cualquier práctica agrícola en nuestro departamento.
Sustentamos las peticiones en los pronunciamientos de la Honorable Corte Constitucional y El Consejo de Estado, los cuales son vinculantes para los servidores públicos.
El principio de precaución es de rango constitucional lo que “le impone a las autoridades el deber de evitar daños y riesgos a la vida, a la salud y al medio ambiente en virtud del carácter ecológico de la Constitución Colombiana.
El principio de precaución ha sido ampliamente desarrollado por la jurisprudencia de la Corte Constitucional en sentencias, tales como: C-528 de 1994, C-073 de 1995 y C-293 de 2002, en la cual la Alta Corporación concluyó que de conformidad con el artículo primero numeral sexto de la Ley 99 de 1993, este principio aplica de la siguiente manera, “cuando la autoridad ambiental debe tomar decisiones específicas, encaminadas a evitar un peligro de daño grave, sin contar con la certeza científica absoluta, lo debe hacer de acuerdo con las políticas ambientales trazadas por la ley, en desarrollo de la Constitución, en forma motivada y alejada de toda posibilidad de arbitrariedad o capricho”.
La Corte estableció cinco elementos que se deben cumplir para aplicar el principio de precaución:
“1. Que exista peligro de daño; 2. Que éste sea grave e irreversible; 3. Que exista un principio de certeza científica, así no sea ésta absoluta; 4. Que la decisión que la autoridad adopte esté encaminada a impedir la degradación del medio ambiente; 5. Que el acto en que se adopte la decisión sea motivado”[1].
EL CONSEJO DE ESTADO, Sección Tercera, en sentencia de enero de 2013, con ocasión de una acción de reparación directa adelantada para reclamar los perjuicios causados a un predio ubicado en el departamento de Caquetá por actividades de fumigación de cultivos ilícitos realizadas en 1999, se refirió a los daños causados al ecosistema por el uso del glifosato. Allí, entre otras cosas, dicha corporación concluyó que “en el expediente reposan elementos de juicio que permiten inferir razonablemente que la aspersión aérea de glifosato generó daño en el predio de los demandantes y afectó el medio ambiente” y, además, afirmó “el daño de tipo ‘ecológico’ que, en palabras de los propios peritos, sufrieron los bosques del predio del demandante”.
El territorio antioqueño consta de ecosistemas estratégicos que requieren especial atención de las autoridades departamentales tales como el bosque seco tropical, las zonas de humedales y recarga de aguas, asimismo las zonas de páramos pues su existencia es vital para la vida del Departamento y requieren acciones urgentes; el contacto de esta parte del territorio antioqueño con sustancias xenobióticos representan un peligro grave e irreversible.
La Corte Constitucional considera que en las zonas de gran biodiversidad, los ecosistemas requieren atención especial y protección reforzada, para salvaguardar las especies y los ciclos ecológicos que allí se producen; de igual manera, las comunidades asentadas allí carecen de posibilidades para ser estudiadas y sus territorios de ser evaluados de manera particular con evidencia técnica y científica de los daños producidos por las aspersiones con glifosato.
La Alta Corporación reconoce la obligación de las autoridades de combatir los cultivos de uso ilícito en todo el territorio nacional pero NO bajo el argumento que “un riesgo mayor justifica un riesgo menor”. Más aún, cuando ese “riesgo menor” derivado de las aspersiones aéreas con glifosato, puede llegar a ser muy profundo y con consecuencias irreversibles. Por este motivo, la Corte Constitucional exhorta a adoptar mecanismos adecuados para lograr una protección efectiva del medio ambiente y de la salud de las comunidades que habitan las regiones en las cuales se realizan estos cultivos, explorando alternativas de erradicación menos lesivas.
Las razones fácticas por las cuales se presenta este derecho de petición consisten en obtener del Gobernador de Antioquia, máxima autoridad del Departamento, la protección de los derechos de la población antioqueña a la vida, la salud, a la protección de los Ecosistemas que permitan a las personas el goce de un ambiente sano, mediante la eliminación de la aplicación aérea de herbicidas, de cualquier tipo y para cualquier uso (cultivos agroindustriales, cultivos de cuya producción se hace un uso ilícito) de conformidad con la Resolución 1214 del 30 de septiembre de 2015, expedida por el ANLA y la recomendación del Ministerio de Salud y Protección social para eliminar el uso de “Glifosato” mediante aspersiones aéreos.
Los motivos por los cuales la aspersión aérea es altamente dañina para los ecosistemas colombianos y los países vecinos son los siguientes:
· La altura de vuelo de las aeronaves está totalmente en contra de la ficha técnica de cada uno de estos productos, que son recomendados para ser aplicados con pantalla o aspersión tipo trapeadora a 40[2]centímetros del suelo.
· La topografía del terreno colombiano, altamente montañoso, lo que caracteriza su relieve quebrado y abrupto, razón por la cual, la deriva que consiste en que partículas llevadas por el viento a grandes distancias arrastran pequeñas gotas del producto asperjado, afectando la biodiversidad, al contaminar tanto flora como fauna y asimismo los cultivos agrícolas, alimenticios y de pan coger, sustento de la población colombiana. Igualmente el patrimonio natural representado en suelo, aire y agua son altamente vulnerados al contaminarse con este tipo de tóxicos.
A continuación pasamos a hacer un análisis del “Glifosato, Glufosinato de Amonio, Paraquat, entre otros“, los cuales debido a su toxicidad, no deben ser aplicados en ningún tipo de cultivo de forma aérea.
Los argumentos para sustentar las bondades de las aspersiones aéreas del Glifosato y ahora de la nueva molécula, Glufosinato de Amonio, como herramientas para erradicar los cultivos de uso ilícito o mejoramiento de los cultivos agroindustriales se refieren siempre su baja toxicidad para la salud humana, el incremento de cobertura desde el aire, necesidad menor de mano de obra. Pero se omite aclarar que si bien la toxicidad aguda puede ser baja, la crónica no se puede evaluar, con certeza, catalogar de igual forma. Un segundo asunto que es necesario tener presente es que se mencionan el Glifosato, y el Glufosinato de Amonio como si fueran aplicados solos, cuando es sabido que van acompañados de ingredientes llamados inertes, pero que no lo son tanto. Y un tercer asunto de mucha importancia es el impacto en el ambiente, escasamente tenido en cuenta pero trascendental para el desenvolvimiento de la vida presente y futura, incluida la humana. En cuanto al Paraquat, la decisión es mucho más grave ya que NO posee antídoto específico (Al igual que el Glufosinato de Amonio) y los daños por la persistencia del producto pueden durar tiempo indefinido en los ecosistemas y en la salud humana, el daño es irreversible ya que destruye las vías respiratorias, razones suficientes para eliminar del territorio antioqueño la aplicación de estas sustancias de cualquier forma (asperjada o terrestre), de uso agroindustrial o ilícito.
Nos proponemos entonces tratar abordar cada uno de los tres aspectos.
Respecto a la toxicidad crónica
Glifosato: Estudios científicos independientes y envenenamientos generalizados en América Latina (resultantes de la aplicación aérea) están comenzando a revelar los verdaderos efectos de los herbicidas a base de glifosato.
Envenenamientos generalizados se han producido en América Latina como resultado de las aspersiones aéreas de los cultivos de soja GM, y de los cultivos de coca en Colombia, efectos que se están reportando hasta 10 km de la zona de aspersión. Con dicho aplicaciones en cultivos de coca también ha resultado, la muerte generalizada de animales y pérdidas de cosechas de alimentos. Los síntomas de intoxicación comúnmente informadas de la exposición no intencional incluyen: vómitos, diarrea, dolor abdominal, afecciones gastrointestinales, picazón y erupciones en la piel o quemaduras (particularmente en los niños). Otros efectos reportados incluyen trastorno del equilibrio, disminución de la capacidad cognitiva, convulsiones, problemas de visión, olfato, oído y gusto, disminución de la presión arterial, temblores y tics, parálisis muscular, neuropatía periférica, pérdida de habilidades motoras gruesa y fina, sudoración excesiva y grave fatiga[3].
Un grupo de 17 expertos de la Organización Mundial de la Salud – OMS de 11 países trabajó en la evaluación del potencial carcinogénico de 5 plaguicidas organofosforados: Tetraclorvinfos, Paratión, Malatión, diazinón, y Glifosato. En mayo de 2015 publicaron los resultados en la revista científica The Lancet Oncology[4]. Todos los plaguicidas evaluados mostraron relación con problemas graves a la salud, pero el caso del Glifosato desató una alarma global porque es el herbicida con mayor volumen de producción y uso en el mundo, y porque instituciones de salud y empresas aseguran que es de baja peligrosidad.
En contraste, el grupo de expertos dictaminó que existen pruebas suficientes de que el Glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin). Para esto último, se basaron en estudios de exposición a Glifosato de agricultores en Estados Unidos, Canadá y Suecia. Si hicieran estos mismos estudios en Suramérica, donde se planta el mayor volumen de soya transgénica resistente a este producto, o específicamente en Colombia donde se han asperjado 1.753.386[5]hectáreas de cultivos de uso ilícito, los resultados serían aún más graves, ya que las aspersiones aéreas y la falta de control están mucho más extendidas.
El grupo de OMS encontró además suficientes evidencias de daños al ADN y daños cromosómicos en células humanas in vitro, o sea, en pruebas de laboratorio. Son síntomas relacionados al desarrollo de cáncer.
Glufosinato de Amonio: Este compuesto trae riesgos inaceptables para los seres humanos, especialmente para el desarrollo neurológico del feto, la biodiversidad agrícola, y para el mismo ecosistema. La exposición del operario durante la aspersión de los cultivos es altamente inaceptable, incluso cuando se lleva puesta la ropa de protección. Las formulaciones son más tóxicas para los seres humanos y el ecosistema acuático que el ingrediente activo solo, pero hay poca información disponible al público de estos ingredientes “inertes, o adyuvantes”, en los productos formulados[6].
Los efectos crónicos son principalmente neurológicos y reproductivos. El Glufosinato de Amonio es estructuralmente similar al neurotransmisor Glutamato, e interfiere con su correcto funcionamiento. El cerebro en desarrollo es particularmente susceptible: el herbicida tiene efectos graves en el desarrollo embrionario temprano, incluyendo daño al cerebro y del tubo neural. Provoca la pérdida de muchos fetos y daños a los que efectivamente nacen, incluyendo labio leporino. También se reportan efectos transgeneracionales en la función cerebral4.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sugirió clasificar el Glufosinato como una sustancia que “puede causar daños fetales” y “puede afectar la fertilidad”. El estudio de la EFSA del año 2005 establece claramente que el “efecto crítico del Glufosinato de Amonio, es un efecto profundo sobre la toxicidad reproductiva”[7]
Este herbicida también es persistente; se ha descubierto que es frecuente en espinacas, rábanos, zanahorias y trigo que se plantaron 120 días después del tratamiento del herbicida. Su naturaleza persistente también puede ser observada en su vida media, que varía de 3 a 70 días, dependiendo del tipo de suelo y el contenido de materia orgánica[8]. Los residuos pueden permanecer en los alimentos congelados durante un máximo de dos años y el producto químico no se destruye fácilmente con la cocción del alimento en agua hirviendo4. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (en inglés: Environmental Protection Agency – EPA) clasifica el producto químico como «persistente» y «móvil» basado en su falta de degradación y la facilidad de transporte a través del suelo.
Paraquat[9]: Es el herbicida con más alta toxicidad aguda comercializado a través de los últimos 60 años en el mundo. Sin embargo es uno de los herbicidas más usados en el Mundo. De hecho, en el año 2002 fue prohibido por su riesgo inaceptable en los efectos adversos a la salud, sin embargo la presión de la industria química provocó la reversión de esta medida en 2006.
Hoy día el paraquat ha sido prohibido, o excluido su uso en cerca de 36 países (incluidos los países de la Unión Europea), principalmente por razones de salud.
La Organización Mundial de la Salud – OMS clasifica al paraquat como Clase II, moderadamente peligroso; pero PAN cree que debería ser de Clase I debido a su toxicidad aguda, efectos retardados y la falta de un antídoto.
El Paraquat provoca grandes daños en las mitocondrias de las células a través de la producción de radicales libres y el estrés oxidativo, lo que resulta en la interrupción de procesos bioquímicos importantes y causa muerte celular.
Existe evidencia considerable de que el Paraquat puede causar la aparición o acelerar el desarrollo, de la enfermedad de Parkinson; que en cuanto mayor sea la exposición mayor es el riesgo; y puede haber un lapso de tiempo entre la exposición y el desarrollo de los síntomas; y que las primeras exposiciones son los más perjudiciales. Los fetos y los niños están en mayor riesgo. Las mujeres embarazadas y los niños no deben ser expuestos a esta sustancia química. El Paraquat atraviesa la placenta y puede causar una intoxicación aguda, incluida la muerte del feto o efectos crónicos que pueden persistir durante toda la vida.
La Agencia de Protección Ambiental de California afirma que el Paraquat puede penetrar en el sistema nervioso, es un neurotóxico, y generar impactos en las funciones cerebrales. La exposición al producto, incluso en dosis relativamente bajas, durante los períodos críticos en la infancia puede afectar negativamente al desarrollo de las funciones cerebrales.
Respecto a los ingredientes “inertes”
Todo producto pesticida contiene, además del ingrediente «activo», otras sustancias cuya función es facilitar su manejo o aumentar su eficacia. En general, estos ingredientes, engañosamente denominados «inertes», no son especificados en las etiquetas del producto. En el caso de los herbicidas con Glifosato, se han identificado muchos ingredientes «inertes». Para ayudar al producto a penetrar los tejidos de la planta, la mayoría de sus fórmulas comerciales incluye una sustancia química surfactante. Por lo tanto, las características toxicológicas de los productos de mercado son diferentes a las del Glifosato solo.
La formulación herbicida más utilizada (Round-Up) contiene el surfactante polioxietileno-amina (POEA), ácidos orgánicos de glifosato relacionados, isopropilamina y agua; produciendo una mayor toxicidad aguda que el Glifosato solo. De hecho la cantidad requerida para ocasionar la muerte en ratas es tres veces menor que la de glifosato puro.
La siguiente lista de ingredientes inertes identificados en diferentes fórmulas comerciales en base a glifosato se acompaña con una descripción clásica de sus síntomas de toxicidad aguda. Los efectos de cada sustancia corresponden, en algunos casos, a síntomas constatados en el laboratorio mediante pruebas toxicológicas en altas dosis. La mayoría de síntomas se compiló a partir de informes elaborados por los fabricantes de las diferentes fórmulas[10].
Sulfato de amonio: Irritación ocular, náusea, diarrea, reacciones alérgicas respiratorias. Daño ocular irreversible en exposición prolongada.
Benzisotiazolona: eccema, irritación dérmica, fotorreacción alérgica en individuos sensibles.
3-yodo-2-propinilbutilcarbamato: Irritación ocular severa, mayor frecuencia de aborto, alergia cutánea.
Isobutano: náusea, depresión del sistema nervioso, disnea.
Metil pirrolidinona: Irritación ocular severa. Aborto y bajo peso al nacer en animales de laboratorio.
Ácido pelargónico: Irritación ocular y dérmica severas, irritación del tracto respiratorio.
Polioxietileno-amina (POEA): Ulceración ocular, lesiones cutáneas (eritema, inflamación, exudación, ulceración), náusea, diarrea.
Hidróxido de potasio: Lesiones oculares irreversibles, ulceraciones cutáneas profundas, ulceraciones severas del tracto digestivo, irritación severa del tracto respiratorio.
Sulfito sódico: Irritación ocular y dérmica severas concomitantes con vómitos y diarrea, alergia cutánea, reacciones alérgicas severas.
Ácido sórbico: Irritación cutánea, náusea, vómito, neumonitis química, angina, reacciones alérgicas.
Isopropilamina: Sustancia extremadamente cáustica de membranas mucosas y tejidos de tracto respiratorio superior. Lagrimeo, coriza, laringitis, cefalea, náusea.
Respecto al impacto ambiental
GLIFOSATO
Los efectos ambientales del glifosato que generan una mayor preocupación son aquellos que se producen en un nivel sutil, y pueden resultar en una irrupción significativa de los ecosistemas acuáticos y terrestres, incluyendo los agroecosistemas.
Los suelos
El glifosato es relativamente persistente en el suelo, en climas fríos, en los que todavía se encuentran residuos hasta 3 años después de la aplicación. Es menos persistente en climas más cálidos, con una vida media de entre 4 y 180 días. Se inmoviliza en las partículas del suelo, y se pensaba que en estas el glifosato no era biológicamente activo dentro del suelo, y que no se filtraría en las aguas subterráneas. Sin embargo, hoy se sabe que fácilmente puede ser reabsorbido por las plantas o filtrarse, lo que indica un mayor riesgo de contaminación de las aguas subterráneas. Además puede reducir el nitrógeno y fosfato disponibles para la fertilidad de los suelos.
Agua
El Glifosato es soluble en agua y se disipa lentamente en las partículas de sedimento o en suspensión del agua. A pesar de que se descompone por fotólisis y degradación microbiana, puede ser persistente durante algún tiempo en el medio acuático, con una vida media de hasta de 5 meses, y todavía estar presente en el sedimento de un estanque después de 1 año.
Los residuos de Glifosato se han encontrado en una amplia gama de desagües, arroyos, ríos, lagos y, en muchos países, incluyendo Canadá, China, Francia, Países Bajos, Noruega, EE.UU. y el Reino Unido. El uso urbano en los laterales de vías y ferrocarriles está contribuyendo de manera significativa a esta contaminación, en especial en los residuos encontrados en las plantas de tratamiento de lodos y aguas residuales. La contaminación de los ‘vernal pools’-piscinas que son poco profundas y desaparecen en clima seco son una preocupación para los anfibios, para lo cual estas fuentes de agua son críticas.
Residuos de glifosato también se han encontrado en aguas subterráneas en Canadá, Dinamarca, los Países Bajos y EE.UU. Han sido detectados en el medio marino frente a la costa atlántica de Francia; y en la lluvia en Bélgica y Canadá.
Resistencia
Veinticuatro malezas en 14 países han desarrollado resistencia al glifosato. La mayor parte de esta resistencia ha sido causada por el uso repetido de glifosato en cultivos transgénicos y la agricultura sin labranza. Algunas son resultado de una exposición gradual de las especies de malezas y otras al flujo de genes de cultivos transgénicos a especies botánicas emparentadas de malas hierbas. Este último, se ha observado con la remolacha azucarera en Francia, la canola en Canadá y en pastos (Agrostis), maíz y soja en EE.UU. Ahora, incluso la industria agroquimica Monsanto recomienda el uso de otros herbicidas, además de glifosato en cultivos Roundup-Ready (cultivos genéticamente modificados para ser tolerantes a Roundup), para retardar la aparición de resistencia en las malezas.
Efectos del cambio climático
Se esperan una serie de efectos adversos del glifosato con el incremento del cambio climático: temperaturas más altas incrementarán, con el glifosato, la reducción de la clorofila y los carotenoides en algas verdes de agua dulce, aumentarán la toxicidad para los peces, y la susceptibilidad a Fusariumen los cereales.
GLUFOSINATO DE AMONIO
Persistencia en el suelo
El glufosinato se ha encontrado en los suelos canadienses después de 113 días (Cox 1996 citando Smith & Belyk 1989); y en suelos de invernadero después de 172 días (Cox 1996 citando la EPA 1988d). La vida media en suelos de viñedos de California ha sido reportada entre 12-70 días, con un promedio de 40 días (Cox 1996 citando US EPA, 1992b). Otras vidas medias varían de 3-20 días, con la degradación más rápidamente a temperaturas altas (KEMI 2002a; HSD 2003).
Aumenta su persistencia en los suelos arenosos y con bajo contenido de carbono (Allen-King et al 1995). La degradación se produce en gran medida por vía microbiana (HSD 2003). Sin embargo AESA (2005) describe el Glufosinato como de baja persistencia, y sus metabolitos el MPP y MPA como de baja a moderada persistencia, y el metabolito NAG formado en plantas transgénicas como de muy baja persistencia en el suelo con condiciones aeróbicas. La degradación es mucho más lenta en condiciones anaeróbicas, con la vida media (DT50) calculado en 388 días (KEMI 2005).
Movilidad en el suelo
Los estudios de laboratorio indican que el glufosinato y sus metabolitos, especialmente el MPP, tienen de moderada a alta movilidad en los suelos, especialmente los suelos arenosos (EFSA, 2005). KEMI (2002a) identificó un alto potencial en ambos (glufosinato y sus metabolitos) para lixiviarse en suelos arenosos. Sin embargo los estudios de campo son limitados y no lo han encontrado lixiviándose de manera significativa (HSD 2003; 2002a de Kemi). La mayoría de los residuos se encuentran entre los 0-30cm superiores del suelo, pero se ha encontrado hasta los 150 cm (KEMI 2005).
Contaminación del agua subterránea
Puede contaminar aguas subterráneas donde hay contenidos bajos de arcilla y carbono orgánico (HSD 2003). El MPP puede contaminar las aguas subterráneas en zonas vulnerables (EFSA, 2005).
Agua
Es muy soluble en agua, y no se degrada por fotólisis o hidrólisis en el agua. La vida media en el agua es mayor a 300 días; el rango de valores de KOC (coeficiente de adsorción de carbono orgánico) indica que puede tener menor a mayor absorción de sólidos en suspensión y sedimentos; y por lo tanto pueden ser persistentes en el agua. No es probable que se volatilice de la superficie (HSD 2003). El glufosinato y el metabolito MPP son descritos por KEMI (2005) como «eco toxicológicos relevantes para las aguas superficiales y los sedimentos».
Biodegradación
El Glufosinato de amonio no se biodegrada fácilmente (EFSA 2005).
Aire
El Glufosinato de amonio tiene baja volatilidad y persistencia corta en la atmósfera por lo que se espera que las concentraciones en el aire son insignificantes (EFSA 2005).
Plantas
De Snoo et al (2002) concluyeron que el Glufosinato de amonio puede causar efectos adversos sobre la vegetación fuera de los cultivos como consecuencia de la deriva. En sus experimentos encontraron efectos fitotóxicos significativos en la vegetación no objetivo, una disminución de la biomasa de la vegetación, y una pequeña disminución en el número de especies y la cobertura vegetal, especialmente para las monocotiledóneas.
La EPA ha identificado al glufosinato como de «alto potencial de riesgo para las plantas sensibles», basada en la evidencia científica del daño a las plantas a niveles subletales (Lee et al 2005).
PARAQUAT
El paraquat es descrito por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos – EPA como «extremadamente tóxico y biológicamente activo para las plantas y los animales»; y por la Autoridad de Gestión del Riesgo Ambiental de Nueva Zelanda como «muy ecotóxico para el medio acuático». Se han registrado malformaciones teratogénicos en peces y anfibios, hormonas alteradas en las ranas, y es genotóxico en renacuajos. Los anfibios están en riesgo con el paraquat, a través de los residuos en las plantas, y la reducción de las fuentes de alimento y hábitat derivados de las aspersiones de hasta 300 metros de distancia, y el transporte aguas abajo del paraquat en el sedimento. Las plantas acuáticas pueden concentrar altos niveles de paraquat. Las algas planctónicas son muy sensibles al paraquat y puede causar perturbaciones ecológicas significativas en los ecosistemas de agua dulce a través de alteraciones en la composición de especies, que podrían resultar en la pérdida de la biodiversidad, las floraciones de algas nocivas, la enfermedad y la disminución de las pesquerías.
El Comité Científico de la Comisión Europea de las plantas expresó su preocupación por los efectos del Paraquat en liebres y aves. Llegaron a la conclusión de que «se puede esperar que cause efectos letales y subletales y esto es confirmado por los informes de campo». Follajes recientemente tratados pueden inducir la muerte en conejos, y en especial las liebres.
La EPA de Estados Unidos llegó a la conclusión de que el Paraquat es moderadamente tóxico para las aves, y que puede afectar a la reproducción o la capacidad de eclosión de los huevos cuando las aves adultas están expuestas. También provoca alteraciones endocrinas en las aves.
El Paraquat es tóxico para algunos hongos y bacterias del suelo, pero también puede aumentar las poblaciones de algunos patógenos del suelo.
Incidentes de envenenamiento incluyen peces, perros, liebres, vacas y ovejas; también han ocurrido muchas intoxicaciones deliberadas de perros.
Desde el CSPA recomendamos que se prohíba el uso de herbicidas, sus componentes y afines para la aspersión aérea:
a) Para los cuales Colombia no disponga de métodos para la desactivación de sus componentes, con el fin de evitar que sus residuos remanentes causen riesgos para el medio ambiente y la salud pública.
b) Para los cuales no exista un antídoto o tratamiento eficaz en Colombia.
c) Que revelen características teratogénicas, mutagénicas o cancerígenas, de acuerdo con resultados actualizados de investigación de la comunidad científica.
d) Que provoquen trastornos hormonales, daños en el sistema reproductivo, de acuerdo con los procedimientos e investigación actualizados de la comunidad científica.
e) Que sean más peligrosos para los humanos que las pruebas de laboratorio
con animales hayan sido capaces de demostrar, de acuerdo con criterios científicos técnicos y actualizados.
f) Cuyas características causen daños a los Ecosistemas colombianos.
Respetado señor Gobernador, le presento mis consideraciones distinguidas.
Lilliam Eugenia Gómez Álvarez
Presidente CSPA
PhD. Eco-Etología, Ing. Agrónoma
Asesoría Jurídica: Gloria M, Múnera C. – abogada especialista derecho ambiental