A Jhon Fredy Goez Valencia, joven de 36 años del municipio de Ituango le cambio la vida después de trabajar para Hidroituango, quedo incapacitado y desempleado por grave accidente durante la construcción de obras de la hidroeléctrica, Empresas Públicas de Medellín EPM quien es la responsable y las empresas subcontratistas no han respondido por las implicaciones que ha tenido para su vida el accidente laboral.
La lesión es en ambas piernas con fractura de tibia y peroné abierta bilateral, gran parte de su recuperación no ha sido posible debido a los incumplimientos relacionados con su seguridad social por parte de la empresa que lo contrato CONSTRUCCIONES ADICARDO ESCOBAR Y ASOCIADOS S.A.S. con NIT: 900336110 de Pereira.
Antes de que se iniciara la construcción de la represa Hidroituango Jhon Fredy era agricultor, recolector de café y minero artesanal en el Cañón Río Cauca, con el bum de los miles de empleos que promocionaban alcaldes y funcionarios dejo su vida de campesino para convertirse en empleado, hoy se siente engañado por el proyecto hidroeléctrico y vulnerados sus derechos por la empresa EPM y las empresas contratistas que están bajo su responsabilidad.
Antes del accidente
“En la empresa llevaba dos meses y para entonces yo era ayudante de construcción, me tocaba en ocasiones desempeñar diferentes tareas: en la carretera hacíamos cunetas, en los campamentos que se estaban construyendo en El Palmar (municipio de Toledo) estaba haciendo un vivero. Como yo era ayudante entendido desempeñaba la labor oficial de manera regular con la empresa pero el sueldo no correspondía a mi labor desempeñada, y pese a realizar trabajos más caros siempre me llegó un sueldo como ayudante raso. La empresa con la que trabajaba se llama (CONSTRUCCIONES ADICARDO ESCOBAR Y ASOCIADOS S.A.S. El día del accidente yo me encontraba haciendo el vivero cuando me llamaron para mover unas láminas. Pese a trabajar con una empresa diferente a la que tenía la responsabilidad de mover esas laminas, y por el sólo hecho de estar en el mismo lugar me toco realizar esa tarea para la cual no me pagaban, no estaba ni capacitado, ni preparado, o sea, la empresa me prestó a la empresa que estaba haciendo los túneles: CONSORCIO TUNEL ITUANGO FERROVIARIA SAIN. Yo presentía que algo me iba a pasar porque no quería ir, entonces le pedí el favor a un compañero para que me reemplazara y el compañero de dijo que debíamos ir los dos porque las láminas eran muy pesadas. Yo me fui con un mal presentimiento y con algo de rabia porque estaba muy tarde y había que hacer mucha fuerza”
Accidente con láminas de acero
“El día viernes 30 de marzo de 2012 a las 5:00 p.m. nos dispusimos a cambiar de lugar unas siete (7) láminas de acero con un peso aproximado de 100 kilogramos por lamina. La maquinaria que dispusieron para dicha labor fue una retro-excavadora a la cual debíamos montar entre dos personas las láminas a la cuchilla delantera. Como las láminas median 2mts aproximadamente no se podían poner de manera vertical porque no cabían. Nos tocó ponerlas de forma horizontal y un compañero le tocaba sostenerlas montado en la cuchilla. Por el afán de trasladarlas de ese lugar rápido los encargados no les pusieron las cadenas de seguridad aunque las tenían. Logramos montar cinco, cuando llevábamos la sexta para montarla a la cuchilla el fuerte peso de las láminas no pudo ser sostenido por el otro compañero y las cinco láminas me cayeron en las piernas. Al instante los compañeros llegaron a brindarme los primeros auxilios y quitarme las láminas de las piernas, para mirarme las heridas. Luego me montaron a una camilla, me llevaron a la ambulancia y me trasladaron hacia el pueblo (Ituango) que está a una hora y media de distancia. En el hospital sólo me lavaron las heridas y me pusieron droga para el dolor. Al otro día a las 10:00 am me remitieron a la ciudad de Medellín por la gravedad de las heridas, llegue a la clínica Medellín a las 5: 00 p.m. del día 31 de marzo y se demoraron hasta el primero de abril a las 3:00 p.m. de la tarde para poder atenderme. La operación de ambas piernas duro tres horas. Me dejaron hasta el 3 de abril en la clínica y me dieron de alta.
Después del accidente, por fuera una señal por dentro el dolor.
Cuando Salí de la clínica me toco quedarme en la casa de un primo porque yo vivo en una vereda, en la vereda El Naranjo del municipio de Ituango que está a 30 minutos a pie desde el pueblo y no tengo más sitio en donde quedarme que mi vereda pero no era capaz de moverme. Los primeros cuatro meses me llegó el sueldo normal, me lo enviaban desde Pereira por la empresa GANA, después de terminada la incapacidad no me volvieron a pagar, no me dijeron nada, la empresa se fue y hasta la fecha la única respuesta que he tenido por mi afectación es un resultado de calificación de la pérdida de capacidad laboral y determinación de la invalidez. El cual dice que “UNA VEZ EFECTUADA LA VALORACIÓN DE LA PERDIDA DE CAPACIDAD LABORAL DEL CASO DEL ASUNTO NOS PERMITIMOS COMUNICARLE QUE EL PORCENTAJE ESTABLECIDO EN DICHA CALIFICACIÓN, LA CUAL SE ASIGNA CON FUNDAMENTO EN EL DECRETO 917 DE 1999, ES DE 4.34 % POR CIENTO. Ellos solo calificaron los diagnósticos que arrojo la historia clínica. el cual fue “FRACTURA DE TIBIA Y PERONÉ DE AMBOS MSIS (RESUELTAS), CONTUCION EN MIEMBROS INFERIORES” nunca evaluaron las secuelas a futuro de mi accidente, que era lo que tenían que evaluar por encima del tipo de fractura, porque nunca me llamaron e hicieron una valoración de mi estado de salud después de salir de la clínica.
Todo el problema se acentúa en que la atención, valoración y demás procedimientos no los asumió la Aseguradora de Riesgos Profesionales a la que tenía derecho por el tipo de trabajo que estaba realizando sino que la responsabilidad sobre mi salud y me secuelas quedo en la Empresa Promotora de Salud, la cual asume el caso como independiente del trabajo.
Ya no puedo trabajar en el campo como agricultor, ni como recolector de café porque me duelen mucho las piernas, me da dificultad caminar por las montañas inclinadas de Ituango hasta por sitios planos además, no puedo hacer casi fuerza porque no soporto el dolor. Mi vida como campesino cambio totalmente, antes podía estar en el campo todo el día trabajando y ahora me toca quedarme sin hacer mucho, incluso llegue a trabajar en el rio como minero rebuscándomela, ahora ya ni eso puedo hacer. Mis ingresos económicos disminuyeron casi en su totalidad, no le puedo ayudar a mis padres ni a mis hermanos por causa del accidente, me quedaron secuelas que me impiden volver a ser el mismo.
Si le está cambiando la vida a los campesinos de Ituango con la hidroeléctrica pero no para bien, el haber trabajado en las construcciones para la represa Hidroituango fue el peor error que pude cometer ahora lo sé.
La secretaria de la empresa me dijo en octubre de 2013 que debía ir a Pereira para hablar de mi caso. No me dieron viáticos, no me reconocieron los pasajes, quebrado como estoy me toco prestar la plata. El abogado de la empresa cuando llegue me dijo que mi caso no tenía solución que porque no había apelado el resultado de la valoración para determinar la invalidez y perdida del trabajo antes de diez días después de haberme notificado. Yo no pude hacerlo porque no me podía mover mucho, además no sabía nada al respecto. Me dijo que si no retiraba la demanda ninguna empresa me podría contratar y que si por si acaso llegaba algo de plata era a los 10 años o más.
Como en Ituango hay un abogado que lleva varios casos me dieron su teléfono. Yo le di un poder para el caso en abril de 2013 y hasta la fecha no sé nada del abogado ni de mi caso. Al parecer esto mismo le está pasando a muchas personas pues están llegando abogados por montones y después no sabemos nada. Yo ya no quiero que el lleve mi caso, pero no sé cómo hacer, nunca me dijo cuánto me iba a cobrar, ni cuando nos veíamos para informarme cómo iba el proceso, él se llama Alejando Botero