#JusticiaParaElRioCauca
Las comunidades hemos propuesto salidas para la crisis generada por Hidroituango, pero después de 11 años alzando nuestra voz aún no somos escuchadas. Acá nuestras propuestas
Empresas Públicas de Medellín (EPM) no reconoce el área realmente afectada por Hidroituango, no quieren saber para no tener que reparar los daños que generan todos los días, desconocen cuantos y quienes somos las víctimas y mucho más los ecosistemas que destruyen con su obra.
No hay restablecimiento de condiciones de vida y las comunidades afectadas padecen hambre y angustia.
Las obras que tenían que rehacer se han quedado en el papel, los diseños de los puentes no sirven para pasar el río y no se priorizó el puesto de salud de Puerto Valdivia ni en medio de una emergencia sanitaria como la del COVID – 19.
Incumplimiento de órdenes judiciales y administrativas. Las medidas cautelares del juez 75 penal con funciones de control de garantías de Bogotá han sido desacatadas por EPM, las administraciones municipales y la departamental. Al igual que la orden del juez y de la ANLA de darnos a las víctimas certeza sobre la estabilidad del macizo rocoso. Las obras han continuado y avanzado como ellos mismos lo divulgan sin escrúpulos desobedeciendo la orden dada en la Resolución 820 del 1 de junio de 2018 dada por la Autoridad ambiental en Colombia (ANLA) de quedar suspendida.
Retorno de algunas familias pero bajo presión y sin garantías. Las familias que retornaron a Puerto Valdivia, lo hicieron con miedo por lo que pueda pasar con la obra y les advirtieron que suspenderían las ayudas sino lo hacían. Hoy la mayoría no tiene ninguna fuente de sustento esto generando mayor dependencia de la empresa, la misma que impide denunciar los atropellos.
Un día como hoy hace dos años empezaba el horror, la destrucción, la angustia y continuaba el engaño hacia la opinión pública por parte de EPM, actitud que continua hasta hoy. EPM, desde el 28 de abril de 2018, será recordada como la empresa que inundó a los desaparecidos, que arrasó el bosque seco tropical (en vía de extinción en el planeta), que le arrebató la vida al río Cauca, que afectó para siempre la estabilidad en la zona y que hizo lo que no pudieron los grupos criminales y las cientos de masacres, desarraigarnos y quitarnos la esperanza.
Hoy se cumplen dos años del inicio de la tragedia socio-ambiental más grande que hemos vivido en la zona afectada por Hidroituango, ni la guerra y las bandas criminales nos han hecho tanto daño como EPM desde que inició la obra, pero la última etapa de este crimen minuciosamente planeado, por años por los empresarios y políticos de Antioquia, inició el 28 de abril de 2018 y lo han llamado “contingencia” causando despojo, destrucción, devastación del Cañón del río Cauca y nosotros sus gentes hemos sido su objetivo necesario para el control de un territorio estratégico para negocios ilícitos como la cocaína y otros con apariencia de lícitos pero ilegítimos como el extractivismo minero-energético.
No era suficiente con las masacres, los desaparecidos, las torturas y otros vejámenes para lograr su objetivo de quitarnos el territorio, por eso lo destruyeron para que no tuviéramos lugar en el cual existir, quitarnos el espíritu del río para que no tuviéramos razón para vivir, llegó la tristeza y con ella la necesidad de gritar y buscar #JusticiaParaElRioCauca.